Andalucía, tierra de historia, arte y tradición, es también hogar de algunos de los baños árabes más hermosos y auténticos de España. Inspirados en los antiguos hammams de Al-Ándalus, estos espacios recrean la esencia del mundo islámico con ambientes cálidos, salas de vapor, masajes con aceites esenciales y una decoración que nos transporta siglos atrás.
Visitar un baño árabe en Andalucía no solo es una experiencia relajante, sino también una inmersión en la cultura que definió esta región durante más de 700 años. A continuación, te mostramos una selección de los mejores baños árabes de Andalucía y por qué deberías incluir uno (o varios) en tu próxima escapada.
Hammam Al Ándalus en Granada
Situado a los pies de la Alhambra, el Hammam Al Ándalus de Granada es uno de los más populares del país. Recupera la tradición musulmana del baño público, con una ambientación de ensueño: arcos de herradura, luz tenue, mármoles y mosaicos que evocan el esplendor nazarí. Sus piscinas de agua fría, templada y caliente, combinadas con masajes relajantes, lo convierten en una parada obligatoria.

Granada, ciudad de leyendas y palacios, es aún más mágica después de pasar por este oasis de calma.
Hammam Al Ándalus en Córdoba
Otro imprescindible es el Hammam de Córdoba, ubicado junto a la Mezquita-Catedral. Aquí, el legado omeya cobra vida a través de un recorrido de aguas termales y tratamientos de aromaterapia. El contraste de temperaturas y el silencio sagrado que se respira en sus estancias generan una profunda sensación de bienestar.

Además, visitar los baños árabes tras recorrer la Judería o cruzar el puente romano al atardecer, eleva la experiencia a otro nivel.
Baños árabes de Ronda
Ronda es famosa por su impresionante tajo, pero pocos saben que alberga uno de los baños árabes mejor conservados de España. Aunque hoy no funcionan como spa, los Baños de Ronda (siglo XIII) son una joya arqueológica que puedes visitar como museo.
En sus salas puedes apreciar cómo funcionaba el sistema de calefacción y distribución de agua, y cómo el hammam cumplía no solo una función higiénica, sino también social y espiritual.
Hammam Aire de Sevilla
En pleno corazón del barrio de Santa Cruz, el Hammam Aire de Sevilla ofrece una experiencia sensorial inigualable. Sus instalaciones están ubicadas en una antigua casa-palacio mudéjar, donde el tiempo parece detenerse.

La visita a estos baños es el complemento perfecto para descubrir el legado de la ciudad. De hecho, puedes aprovechar tu viaje con el Tour por la ciudad de Sevilla que ofrecemos en Almanatour, y cerrar el día relajándote en este entorno histórico con vistas a la Giralda desde su azotea con piscina climatizada.
Baños árabes de Jaén
Los Baños Árabes de Jaén se encuentran bajo el Palacio de Villardompardo y están considerados los más grandes y mejor conservados de Europa. Aunque no funcionan como spa, su visita es imprescindible para los amantes de la historia.
Construidos en el siglo XI, estos baños combinan los estilos omeya y almohade, y actualmente forman parte de un museo que permite entender la importancia de estos espacios en la vida cotidiana andalusí.
Hammam Sancti Petri
Más cerca de la costa, en la provincia de Cádiz, se encuentra el Hammam Sancti Petri, un moderno centro de bienestar inspirado en los baños árabes tradicionales. Ofrece circuitos termales, tratamientos exfoliantes con arcilla del Atlas, masajes con aceites esenciales y una cuidada decoración que evoca la serenidad del mundo árabe.

Ideal si buscas relajarte tras un día de playa o una visita a los pueblos blancos de la zona.
¿Por qué visitar un baño árabe en Andalucía?
Los baños árabes no solo son un lugar para relajarse, sino también una puerta a la historia de Andalucía. Durante la época andalusí, estos espacios eran fundamentales en la vida diaria: servían como lugar de higiene, reunión, reflexión e incluso ritual. Hoy, esta tradición se ha transformado en una experiencia única que mezcla cuidado personal, historia y arquitectura.
Además, su combinación de ambientes térmicos, aromaterapia y silencio absoluto favorece la reducción del estrés, mejora la circulación y equilibra el cuerpo y la mente.